Chile ayuda a Chile

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sábado, septiembre 30, 2006

¿FLEXIBILIZAR EL MERCADO LABORAL??

Hace algunos días, el senador socialista Ominami propuso eliminar la indemnización al despido de mes por año trabajado señalando que eso motivaría la generación de empleo. Algo sorprendente, viniendo de un sujeto perteneciente a un partido de izquierda; aunque hoy por hoy, en una sociedad organizada principalmente – y cada vez en más aspectos – en torno al mercado, donde se instala un paradigma y modelo de sociedad que de a poco se va naturalizando, estas distinciones de izquierda/derecha pierden significado, pues los discursos (aceptables socialmente) se tornan cada vez más similares entre sí. No entraré en esos detalles ya que me interesa hacer un alcance en torno a lo laboral.

Lo curioso de esto es que el planteamiento de algunos socialistas (y quien sabe, tal vez de ese partido) en los temas laborales, comienzan a parecerse a los de la derecha o centro derecha francesa. Para ver esto, basta con revisar el caso del CPE (1) que causó tanto revuelo y protestas por parte de jóvenes universitarios franceses. Las palabras del senador socialista sacaron aplausos en la derecha chilena, y en algunos sectores de la coalición oficialista (2).

La defensa que se hace de esta idea de eliminar la indemnización de pago de un mes por año de contrato es el hecho de que la indemnización protege a un sector muy pequeño de trabajadores que gozan de contrato a tiempo indefinido (3) pues son cada vez menos los que gozan del contrato indefinido, porque muchas veces no se pagan las indemnizaciones puesto que el trabajador no tiene chance en un juicio legal para pedirla, y, el argumento principal, que es desincentivar la contratación de mano de obra y por ende, fomentar el desempleo. Si les parece conocidos estoas argumentos, bueno, es porque ese es el discurso empresarial. Naturalmente a los sindicatos (o lo que queda de ellos, porque las nuevas formas de empleo y contratación los han ido haciendo pedazos) no están muy contentos con esto. Recalcan la necesidad de defender el derecho a indemnización como factor de protección y que las acciones a seguir deben ir en dirección a garantizar el cumplimiento de la ley. El hecho concreto es que eliminar la indemnización es un paso en dirección de flexibilizar la relación laboral. En este caso, se trata de flexibilizar los mercados laborales, disminuyendo los compromisos que implica una relación contractual.

Al margen de la disputa originada por la doxa (4) empresarial expresada por los labios de Ominami, el tema no es nuevo en Chile. Desde los años ochenta es que se están instalando estas nuevas formas atípicas de contratación, las que podemos encontrar también en el resto del mundo. A mi parecer, el problema está en que el análisis de la realidad laboral se hace con conceptos del trabajo que ya no responden a ésta. El mundo del trabajo a cambiado y está cambiando, la relación salarial no es lago natural sino un producto histórico, y al parecer su tendencia es a desaparecer, puesto que respondía a un modelo económico keynesiano marcado por alto consumo, y una alta producción (una producción que se caracterizaba por ser masiva y de poco tipo de bienes) y gasto en que participaba una cantidad importante de mano de obra. El capitalismo se hace flexible y lo mismo ocurre con el mercado laboral. Estos cambios deben necesariamente derivar en un cambio en la relación laboral, por lo que dentro de no mucho tiempo tal vez no tenga mayor sentido hablar de relación salarial.

El desafío entonces está, a mi parecer, en la elaboración de nuevas formas de mirar teóricamente el mundo del trabajo, para dar cuenta de la realidad actual y de los cambios que nuestras sociedades están viviendo. Si el debate se sigue haciendo con conceptos añejos de la realidad laboral, que describen la realidad de los años 40 a 60 del siglo pasado, no habrá avances que valgan la pena, y los trabajadores se verán inmersos en una gran desprotección social. Todo periodo de cambio social importante en las relaciones económicas y laborales implica una fase de trabajador desprotegido. Pasó así en el tránsito de sistemas precapitalistas al capitalista, y así esta ocurriendo en este paso de capitalismo a capitalismo flexible, y la cuestión es lograr una regulación social de las relaciones laborales. Al menos pienso que es eso lo que nos interesa a todos.

Artículo relacionado:
PREGUNTAS SOBRE EL TRABAJO EN EL DÍA DEL TRABAJO



Notas
(1) Contrato de Primer Empleo.
(2) Para los que no viven en Chile, la coalición oficialista corresponde a la Concertación, que se compone, actualmente, por los partidos Demócrata cristiano, Partido por la Democracia, Partido Radical y Partido socialista. Esta coalición nace como oposición política de la dictadura de A. Pinochet, pero pocos años después, se desprenden de la misma los partidos Comunista y Humanista, que ahora se agrupan, junto a otros movimientos, en la coalición de izquierda Juntos Podemos.
(3) Lo que se llama una relación laboral normal, es decir, el clásico vínculo salarial, muy distintos de los tipos de relación laboral mal llamados “atípicos” que corresponden al empleo a honorarios, contrato a plazo fijo, subcontrato, y empleo informal, los que se caracterizan por su flexibilidad en distintos aspectos.(4) En términos de Bourdieu.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión. La propuesta de Ominami puede no ser tan pesada si consideramos que se orienta a flexibilizar el sistema de indemnizaciones, no necesariamente los contratos, para aclarar las responsabilidades legales de los contratantes en condiciones en que el empleo se da crecientemente de manera informal.

Los trabajadores cuentan con garantías legales que ya no son eficaces ante la actual realidad laboral, y proponer modificaciones que plantean eliminar lo que no funciona puede ser una oportunidad para mejorar la situación. Entiendo que Ominami no concibe su idea por sí sola, y además se convierte en una voz de alerta respecto de los cambios que se avecinan. Y, como dices, ante un capitalismo flexible deben existir mecanismos flexibles que, por ejemplo, no sean trabas a la contratación indefinida. Lo importante es que quienes deben velar por la seguridad de los trabajadores no piensen antes en el bienestar de quienes contratan.

Saludos.

ecasual dijo...

Posiblemente, el fondo de la cuestión sea el problema de la competitividad. La llamada "lógica del propio interés", que es lo que se entiende hace dinámico el mercado. O sea, sálvese quien pueda...
Saludos

Pato dijo...

Sip, me pareció bueno tu planteamiento pero cuando leí la noticia en el diario, se me vino a la mente lo mismo que señala Alvaro, en realidad tiene sus efectos en el contrato pero va directamente al sistema de indemizaciones. De todas mangueras me acordé del libro de Sennet: La corroción del caracter, en el cual se aentúa la emergencia por operativizar nuevas formas para entnder el trabajo el cual ya no es lo mismo que antes.

un abrazo

Alberto Fernández dijo...

¿Por qué obligar a un empresario a retener trabajadores que no necesita? ¿Por qué obligar al empresario a ser rígido cuando todos decimos que la sociedad es flexible, que el capitalismo es cada vez más cambiante y flexible también? ¿Por qué dejar en la calle gente que no accede a un contrato porque el empresario no quiere pillarse las manos al contratar y luego no poder despedir sin costes altísimos cuando la producción no exiga tanta mano de obra? ¿Por qué dar la falsa sensación a un trabajador que lleva muchos años en su puesto, que su plaza es vitalicia como un funcionario, creando así una mano de obra poco cualificada y vaga para seguir especializándose y mejorando?
Muchas preguntas que se quedan en mi mente... de todas formas, todos debemos seguir pensando.

Un saludo desde España.

Aristóteles dijo...

Muy interesante el tema. Cada vez me convenzo más de que la historia de cada país no difiere mucho de la otra... "Donde quiera se cuecen habas". Es un tema muy delicado, no estoy empapado de él. En mi humilde opinión me apego a lo que dice la Escritura: "El que no quiera trabajar, que tampoco coma,... El trabajdor tiene DERECHO a su salario".

Saludos, Marcos.
Un fuerte abrazo.

Marcos dijo...

Alvaro: es cierto, la idea de Ominami parece no ser tan pesada, pero es al menos incompleta. Eliminar un mecanismo que no funciona impolica la necesidad de reemplazarlo por otro que sí pueda tener algún éxito. Pero veo que el parlamentario no se pronuncia al respecto y sintoniza con los intereses de parte del empresariado.

Denisse: es cierto, los cambios sociales traen consecuencias, y esto es en parte resultado de transformaciones que ha vivido nuestro continente. Creo que el desafio es que todos quedemos mejor parados con los cambios y no adaptarse con soluciones parche a las transformaciones que se viven.

Hormiguita: comparto lo que dices de la competencia y eso de slavarse quien pueda. La idea es evitar eso, o al menos mitigar sus efectos por ahora.

Patricio: justo en una de las cosas que pensaba al escribir este articulo era el libro de Sennett (que de paso aprovecho de recomendar a todos). La medida es sobre las indemnizaciones pero apunta en una dirección de flexibilización no regulada. Es por eso que me parece preocupante, pues aquí en Chile, cuando se agarra vuelo con algo después los poderes fácticos agarran papa y ordenar el asunto se hace más complicado.

Alberto: Ese mismo tipo de preguntas pasan por mi mente... aunque no lo cras!! jajajajaja.. si tampoco estoy tan ideologizado (espero, jajaja). No me parece justo que un empresario corra con todos los riesgos del mundo mientras un asalariado disfruta cómodamente de una seguridad que no tiene de donde ser. Y si consideramos el asunto en la pequeña y mediana empresa, las preguntas que planteas me parece que adquieren incluso más sentido. Lo que quería decir - pero se me olvidó, lo reconozco - es que hay que encontrar una forma de regular la relación laboral para que de cuenta de la nueva realidad y no existan excesos en abusos de poder por un lado, pero más central aun es encontrar la manera de equilibrar la distribución de los riesgos entre las partes (contratador y contratado)

Anónimo dijo...

considero que se quede el que produce cuando deja de hacerlo no es necesario, pero asi mismo debe valorizarse el "trabajo humano" que sea realmente pagado como tal

Marcos dijo...

Aristóteles: lo que dices es muy cierto. En muchos aspectos, las historias de los países se parecen. Y comparto aquello de que el que no quiere trabajar que no coma y que todo trabajador tiene derecho a su salario. En esta nueva reconfiguración de las relaciones laborales que se está dando, la idea de regularlas es que nadie se vea privado de ese derecho.

Saludos a todos, mucha sgracias por los comentarios y visitas. Que estén muy bien

Marcos dijo...

Cristy: es muy cierto lo que dices, por lo mismo me parece necesario entender bien cómo funcionan las dinámicas de las relaciones laborales. El trabajo humano debe ser valorizado, como bien dices, y hay que evitar que el sujeto quede de pronto abandonado a su suerte por no se rutil a la producción en un determinado momento. Saludos, que estés muy bien.

Yayo Salva dijo...

El mercado laboral es feroz en todas partes. El paro es un cáncer terrible en todas las sociedades. El libre mercado tiene aspectos positivos, pero el trabajador siempre sale peor parado. No creo que el problema tenga una buena solución actualmente, especialmente en el campo de la mano de obra poco especializada. Lo triste es que partidos cuya ideología histórica ha sido la defensa a ultranza del trabajador se monten al carro del oportunismo político y económico. Un saludo.

Alejo Malia dijo...

Que gracioso la carita de tu perrillo en cada post, es algo original, SAludos.

Anónimo dijo...

Lo primero que quiero hacer es agradecer tus visitas a mi blog. Acabo de actualizar hoy, pero la verdad es que no había pasado ni por mi blog, ni por ninguno hace mucho tiempo.
He actualizado, sí, pero lejos de lo que me hubiera gustado escribir, porque estoy pasando una época muy complicada en mi vida.

En cuanto a este artículo, debo reconocer que, como siempre, expones las cosas claramente, y estoy a tu favor, pero no conozco nada sobre este tema en Chile, por lo que no me gusta pronunciarme con inflexibilidad.
Ahora sí, en todos los países, la mayoría de los políticos barren para su propia economía, no para la de los que los han votado. Por eso no me gusta la política, porque cuando uno es muy joven tiende a creer que las cosas se van a cambiar, que el espíritu de lucha debe siempre permanecer, pero con los años te vas dando cuenta de los por qués de sus decisiones...
Y, repito, no conozco la situación de Chile, sólo estoy generalizando.

Un beso.

Anónimo dijo...

No salió my web, por si acaso, la repito.

Marcos dijo...

Yayo salva: es cierto, el paro es como un cancer, y estrategias de antaño ya no responden a la nueva realidad económica. Lo ideal es lograr que el trabajador quede bien parado en un orden que se le viene e contra no sólo como trabajador sino que también - producto de esto - en aspectos extralaborales. También lamento ese triste espectáculo d elos políticos que olvidan un compromiso cuando les deja de calentar el sol.

Libertad: lamento que pases por un mal momento y espero que las cosas cambien en tu favor. Lo que señalas de que os políticos piensan sólo en su propia economía es muy cierto, y si bien no podemos aspirar a cambiar el mundo todo, podemos hacer cosas, aunque pequeñas, que apunten en esa dirección.

No huyo del pensar: me alegra que te haya gustado el artículo y la idea que plantea. Debo reconocerte que aun no vislumbro una salida concreta :( Pero me parece que para hacerlo es bueno mirar un poco la historia, ver como hacia atrás, cuando se produjeron cambios de un sistema económico a otro (por ejemplo del orden feudal al capitalista) también hubo esta desprotección hacía las posiciones equivalentes a la del asalariado capitalista. Por otra parte, pienso que las categorias de empleador y asalariado ya están entrando en su "fecha de vencimiento" y hay que generar unas nuevas que den cuenta d elas 'figuras' actualmente presentes en la relacion laboral. Tal vez si explotaramos, por otra parte, el tema de la asociatividad, o se buscara un tipo de organización que ocupara el lugar que tubo el sindicato (pues ahora su existencia es más formal que real) poodrían ayudar en el diseño de una salida concreta. Lo que no me cabe duda, es que el asunto no puede quedar en manos del mercado pues ahí la desportección del trabajador tenderá a ser mayor, ya que el trabajo no sólo es una mercancía sino que es una de las formas en que el sujeto participa de su sociedad y puede acceder - en mayor o menor medida - a los bienes que produce, y si el trabajo se desregula, será incierta la situación del sujeto en la sociedad en que vive. La salida concreta por la que me preguntas creo que es el verdadero desafío para le cual vale más que la pena una previa reflexión para entender nuestra realidad laboral. Saludos y gracias por el comentario

Agradezco a todos por sus comentarios, que me motivan a seguir reflexionando, en particular en temas como este que me producen enorme interés. Mis saludos para todos, que estén muy bien.