Chile ayuda a Chile

Chile ayuda a Chile

sábado, marzo 18, 2006

PROTESTAS POR LA LEY LABORAL EN FRANCIA


Masivas protestas se han desarrollado en Francia – y que algunos comparan con las de Mayo de 1968 – debido a la nueva ley laboral en Francia. La iniciativa del gobierno francés busca disminuir el desempleo en el país por medio de un aumento de la flexibilización del mercado laboral. La medida consiste en la creación de lo que se ha llamado Contrato de Primer Empleo (CPE), el cual contempla la posibilidad de contratar trabajadores jóvenes de hasta 26 años por un período de dos años y que permite el despido automático e injustificado de los jóvenes. Ignoro si hay previsión o algún tipo de protección de por medio, pero creo que no. Con esta ley, el trabajador francés y los residentes en Francia quedan desprotegidos y expuestos a la mayor incertidumbre. El marco legal fue aprobado por el parlamento francés, con el objetivo de reducir la tasa de desempleo (más de 20%) entre los jóvenes del país, una de las más elevadas en Europa.

Se genera entonces una diferencia entre los trabajadores jóvenes y los más antiguos que si contarían con efectiva protección laboral. Esto ha sido causa de protestas que han convocado a un importante número de franceses en todo el país, contándose 300.000 en París y un total aproximado al millón en toda Francia en las protestad del hoy (sábado 18-03-2006). La indignación es evidente, y el temor más aun. La medida apunta a flexibilizar aun más el mercado laboral francés. Y el temor existente es que la ley laboral permita abusos del empresariado francés a los trabajadores jóvenes, probabilidad latente al existir tal diferencia de poder y un desligamiento del Estado como agente protector y regulador de relaciones laborales.

Si bien es cierto, hace poco Francia enfrentó las violentas protestas de inmigrantes en suburbios de París y otras ciudades de esa nación, las protestas que actualmente hay no se relacionan con la anterior. Mas bien uno puede pensar (considerando lo que muestra la prensa) que el CPE apunta a mejorar, aunque no sustancialmente, la condición de jóvenes inmigrantes que buscan empleo. Ello porque una mayoría de los inmigrantes busca sobrevivir sin grandes expectativas de mejorar su situación si se les compara con los nativos del país. De este modo, una forma de administrar el problema dentro de los márgenes del capitalismo y de las demandas de la economía capitalista global que no atente en gran medida a los intereses inmediatos de la elite francesa es el CPE. No obstante, eso genera problemas con la población francesa poseedora de otra clase de destrezas más elaboradas y que se ubican en un sector del estrato social más privilegiados que el de los inmigrantes y población pobre. Afecta a los estudiantes universitarios que a futuro buscarán trabajo y que ven que ya no les estará asegurado, así tampoco el estilo de vida y certidumbre económico y social que normalmente tenían las posiciones sociales que ocupaban sus saberes.

Esta flexibilización del mercado laboral responde a la necesidad de reducir las tasas de empleo, pero se hace al costo de precarizar el empleo mismo puesto que ya no otorga los beneficios de antaño. La economía global a cambiado la lógica de producción capitalista y el modelo nacional desaparece para que las empresas actúen en todo el globo. La necesidad de minimizar los costos para permanecer competitivas hace que las empresas se desplacen a países donde la mano de obra es más barata (por ejemplo China e India) y eso ha hecho que muchas abandonen el continente europeo para irse a esas regiones donde los derechos laborales casi no existen y donde la explotación del trabajador se puede hacer a destajo. De ahí los crecientes índices de desempleo sobre todo en el grupo etáreo más joven de la población económicamente activa. Esta situación, el contexto de economía capitalista global afecta al modelo político-económico-social de Estado de bienestar, que se sustentaba en el desarrollo y fortalecimiento de un capitalismo nacional en que las empresas se ligaban más a la economía del Estado. Ese modelo parece estar cayendo en Europa y no se ven soluciones satisfactorias que permitan reproducir escenarios de democracia social en las naciones. Reflejo de eso es el CPE en Francia, y la población reacciona (bueno, los sectores que buscan defender sus intereses). Un duro desafío le espera al gobierno francés.

La ley de CPE desvincula al gobierno del problema laboral. Flexibilidad a cambio de empleo. Se cambia así calidad de empleo por cantidad, y es eso lo que no están dispuestos a aceptar los jóvenes franceses que tienen una trayectoria y posición social que no concibe la idea de supervivencia económica en sus cabezas, como si podría pasar en sectores más desfavorecidos de la sociedad francesa que conciben esa forma de vivir. No se trata sólo de desprotección sino de cambio negativo de estilo de vida y mayor incertidumbre. Posiblemente una perdida de poder político al disminuir con leyes como esa la capacidad de presión social. En términos bien gruesos se podría pensar que se trata de la reacción de un sector de la clase media francesa, de un sector asalariado no obrero que ve amenazado un tipo particular de vida y que, además, le toca experimentar en carne propia la transformación del portador de la fuerza de trabajo en mercancía. Me explico brevemente. Antes se vendía en Europa la fuerza de trabajo, pero el trabajador que la vendía poseía en su sociedad las instancias de reproducirlas satisfactoriamente, es decir, su condición de humano no era parte de la fuerza de trabajo que se vendía; ahora pareciera ser que la persona misma es parte de la fuerza del trabajo que se vende y por ende se vende formando, y viviendo en sí mismo ahora el sujeto, parte de la incierta dinámica del mercado en que si queda fuera está perdido y abandonado a su destino; en otras palabras, si antes sólo la fuerza de trabajo tenia un valor en el mercado y por ende era mercancía (que claro está no se puede separar del trabajador que la vende) ahora, además de esta, encontramos que la vida humana misma tendría un valor en el mercado el cual estaría dado por la disposición a comprarla que tenga un eventual empleador (hoy en día figura difusa), valor que estaría dado por la valoración de la fuerza de trabajo que uno posea. Ello explica la desprotección del trabajador y la creciente incertidumbre. La vida humana entra a la esfera del mercado, y el trabajo se está convirtiendo en mercancía de carácter desechable o al menos de poca duración. En Francia se está viviendo el dilema de la desprotección y de los cambios que la economía global trae a la vida social misma.

No hay comentarios.: