Chile ayuda a Chile

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martes, diciembre 20, 2005

SOBRE DAR EMPLEO


¿Qué es eso de “dar” empleo? Muchos hablan a la hora de debatir en campañas presidenciales o discutir diversas políticas, de dar empleo. Es la frase favorita de algunos que incluso se llegan a declarar expertos. Pero la verdad es que no tiene sentido. Ello porque el empleo no es un objeto, beneficio estatal o privado, ni título de nobleza ni nada parecido, sino que es una relación entre dos sujetos que consiste en un acuerdo respaldado en un contrato legal o mediante otro tipo de vínculo (como boletas de honorarios, etc.) en que ambas partes se comprometen, una al cumplimiento de una determinada labor (empleado) y otra a entregar algo a cambio porosa ejecución de ese trabajo (empleador). Se trata de una transacción en que se vende mano de obra a alguien que tiene la posibilidad de comprarla. Naturalmente, se trata de una relación asimétrica. Incluso, aquel que dice dar empleo se puede pensar que lo quita (pues en un día de trabajo, el empleado produce más que lo que cuesta un día de su calidad de vida).

Dado lo anterior, el empleo no se da, se establece. Y las condiciones en la cual se establece esta relación entre empleado y empleador (relación a veces clara y a veces difusa por fenómenos como la subcontratación) dependen del grado de asimetría entre las partes. Mientras mayor calificación y capacitación posea la mano de obra que se vende y mayor sea su valoración en el mercado del trabajo, menor será la asimetría. Pero no deja de haber desigualdad en la relación. Otro factor que disminuye esta diferencia que hace más probable una negociación en el establecimiento de contrato es una intervención estatal decente. Es decir, la creación de leyes laborales dignas y la voluntad de hacerlas valer. Hoy en día, en Chile, esta asimetría es de carácter estructural ya que por un lado el sector empresarial tiene derecho a organizarse a nivel nacional, los trabajadores no pueden hacer lo mismo a nivel sindical, el sindicato se reduce a la empresa lo cual disminuye enormemente sus posibilidades. Por otra parte un desempleo que no baja del 8% (esto según cifras del INE) contribuye a hacer más difíciles las negociaciones.

Por ello se puede pensar que eso de “dar empleo” es una falacia, una mentira que pasa inadvertida y que está ideológicamente bien valorada por lo cual no produce cuestionamiento. El empleo ha pasado a ser una cuestión que se administra en la empresa. Otra forma de decir “dar empleo” es “crear empleo”. El empleo no se crea, se establece. Si bien es cierto, sin inversión difícilmente el empleador puede establecer una relación laboral con el potencial empleado, no se puede hablar de creación de empleo ya que la generación de este tipo de vínculo es consecuencia de la inversión (dependiendo del tipo de inversión la cantidad de vínculos de esta clase se creen). Y no es que alguien, de buena voluntad y buena onda, se dedique a “dar empleo” o establecer este tipo de vínculos.

La relación laboral es algo necesario para ambas partes. Como es asimétrica, una sale ganando más que otra. El empleo no se da, se establece en condiciones desiguales para las partes. Por lo tanto lo mejor que se puede hacer en cuanto al tema del empleo es generar las condiciones para que disminuya esta asimetría.

S invita al lector a echar un vistazo más detenido a las propuestas de creación de empleo o que proponen dar empleo como si fuera ello una obra de caridad de un benefactor de buen corazón. El empleo no es resultado de ningún buen corazón sino de la satisfacción de necesidades de las partes que establecen el vínculo, y que es tan desigual como una sociedad lo permita. Es eso y nada más que eso.

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