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sábado, abril 05, 2008

PILDORA DEL DÍA DESPUÉS. BATTALA SIMBÓLICA DE NUNCA ACABAR

Es lamentable. Se ha prohibido nuevamente, por parte del Tribunal Constitucional, la entrega de la pastilla del día después (Postinor 2). La pastilla del día después es un método de anticoncepción, pensada para las parejas que se dejaron llevar por la calentura, para las mujeres que han sufrido la desgracia de la violación en su periodo fértil, etc.

Desde un tiempo hasta ahora, se ha debatido mucho e investigado poco al respecto, cosa de la cual ha resultado una suerte de forcejeo entre dos posturas: estar a favor de repartirla en el sistema público de salud o estar en contra de su distribución en el sistema público de salud (curiosamente, no así en el comercio, pues a precios algo elevados se consigue igual, y nadie cuestiona a las farmacias por venderla).

El tema que provoca la definición es un asunto de valores. La discusión es si la pastillita es abortiva o no lo es. Algunas investigaciones afirman que sí, otras que no, pero dichos estudios no son más que un respaldo a posturas valóricas que se enfrentan constantemente en los pocos campos de batalla donde se discute algo abstracto hoy en día en nuestra sociedad.

¿Qué se puede decir de ambas posiciones? Sin pretender ser muy completo, expondré mi visión del asunto.

Tenemos aquí dos posturas que discuten en torno al tema de si la pastilla es abortiva o no, lo cual hace ver que existe cierto consenso acerca de qué es la vida. Ya tenemos ahí un punto que no se discute, parte del marco normativo que guía la discusión. A raíz de esto, se abre la discusión sobre cuando empieza la vida, qué es la vida y otra serie de preguntas asociadas que tienen que ver exclusivamente con la norma del respeto a la vida y la exigencia clara de una definición. Sin embargo, el asunto de qué es la vida, el derecho a la vida, el cuando comienza, etc. no son el único eje que explica esta dinámica. Está también, y es muy importante, la concepción del individuo. Me atrevería a decir que pese a su falta de protagonismo mediático, el asunto de la individualidad como valor tiene mucho más peso que la vida misma en este tira y afloja.

Tenemos así, dos posturas, que más que preocuparse de la vida, se preocupan de la presencia de la comunidad en la vida individual.

Por un lado, están los grupos autodenominados “pro-vida” (yo me niego rotundamente a llamarles así), muchas veces ligados al catolicismo, sostienen que Dios da y quita la vida, etc. y que cualquier intervención humana no es moralmente correcta en lo que a decidir sobre la vida de un ser humano se refiere. Hay una idea del alma, y de que esta se adquiere en plena concepción, etc. También los hay más moderados. Esta postura, desde fanáticos hasta moderados, tienen una inclinación hacia una visión comunitaria de la vida y de lo que el sujeto hace con la propia vida, y para ellos es la comunidad la que debe regular, explícitamente, las responsabilidades del sujeto a nivel de la propia conciencia, y que ojalá cada conciencia sintonice y actúe conforme a una moral que está amparada en la existencia de Dios. De ese modo, la conciencia debiese estar guiada por el grupo. Es así como encontramos tendencias a querer regular esta clase de cosas. Y una norma para esta tendencia es el garantizar la existencia de una vida que puede gestarse naturalmente; la falta a la norma del grupo por parte de un individuo es interrumpir, por medios a su alcance, lo que el grupo reconoce como la labor de Dios o de la naturaleza. De este lado siempre se teme que la gente actúe por capricho, o por cualquier desviación que un impulso puramente individual pueda provocar respecto al grupo del que forma parte y que claro, regula, con su moral, su comportamiento

Por otro lado tenemos el grupo que está a favor de la distribución de este método de anticoncepción; aquí se tiene una tendencia más individualista, en el sentido que apoya una mayor autonomía de la conciencia del individuo, y aboga por un mayor respeto de la propia individualidad, al comportamiento que se tiene para con uno mismo. Esto no quiere decir que acá no exista noción de grupo, o que en este caso no hay sociedad que regule el comportamiento individual (de eso no escapa nadie); es solo que la lógica comunitaria de control del primer grupo no está presente, o no es significativa. Se fomenta la libertad del individuo (la mujer) de poder hacer con su cuerpo lo que quiera y sea mejor para la planificación de su propia vida, el actuar es algo personal, no grupal, la igualdad no es aquí el estar sometidos a una norma común respaldada por la existencia de un ser superior – Dios – que es expresión de lo justo y lo correcto, sino que el valor que regula, en este grupo, el comportamiento social es el respeto a la propia individualidad y el reconocimiento de la conciencia de cada sujeto.

Es así como estas dos posturas chocan irreconciliablemente. Individualidad y vida son los valores que aquí, combinados se disputan. Hay semejanza en que la vida es importante, pero no en la definición de vida y sus límites. Pero un quiebre mayor lo encontramos en la noción de individuo en relación a un grupo o comunidad (real o supuesta) en lo referente a la responsabilidad del sujeto con la vida

Lo de la pastilla del día después no es otra cosa que demostraciones de fuerza, y el deseo de imponer una visión determinada… a parte de la sociedad, ya que como se puede ver, al mercado no llega el asunto valórico. Nadie ha intentado impedir su comercialización en las farmacias, donde al parecer es la estructura de precios la que determina la posibilidad del sujeto de poder elegir sus valores orientadores, y donde ni una discusión tan trascendente como la asociada a la vida es razón suficiente para arriesgar la credibilidad del país como economía de mercado. ¿En qué terminará todo esto? No tengo idea. Posiblemente podemos esperar nuevas resoluciones a favor de la pildorita. Quien sabe

Si de tomar posición se trata, creo que en este caso adscribiría a una postura como la del grupo dos. En todo caso, para mí el hecho de que el uso de la pastilla no tenga riesgos médicos considerables es razón suficiente para que se distribuya en todas partes para que todos tengan acceso a la posibilidad de planificación familiar. Pienso que debiera hacerse más visible su existencia. Dejar que el mercado decida, a través de la estructura de precios, quién puede o no acceder a la oportunidad de planificar no me parece justo ni conveniente.


11 comentarios:

cristian dijo...

La discusión está referida, en el fondo, a priorizar el derecho a la vida o el derecho de la mujer a la autorrealización personal.
Porque, biológicamente, queda claro que el embrión es un ser humano independiente, con sus propios genes, no es parte del cuerpo de la mujer.
Lo curioso y absurdo es que, engañados por la falsa moral progresista ambiente, mucha gente joven parece priorizar el derecho a la realización personal por sobre el derecho a la vida de un indefenso.
Los mismos que claman airadamente por el respeto irrestricto a la vida de un asesino en serie o de un terrorista sanguinario, o incluso que luchan ardorosamentepor las focas o los perros abandonados , no tienen ningun inconveniente en bajar el pulgar ardorosamente en contra de un embrión que solo necesita tiempo para crecer y que no le ha hecho ningun daño a la sociedad.
No es mero tira y afloja doctrinario; hoy es la PDD, mañana el aborto, y luego, el derecho a sacar del camino a todo aquél que interfiera con nuestro proyecto de vida: un niño con daño neurológico, un padre con Alzheimer, un familiar en coma que nos hace gastar mucha plata, etc.

Alberto Fernández dijo...

Estimado y mi muy bien querido y apreciado Marcos,

Como buen sociólogo ya te has percatado de que en el mensaje de píldora sí o píldora no, se encuentra otro discurso oculto, menos claro, pero que realmente es el que lo impregna todo. Poco puedo añadir yo a lo que aporta, pero si quiero matizar algunas cosas.

La píldora es efectiva hasta las 72 horas, pero no más allá. En esa etapa del embarazo, el feto, no ha desarrollado ninguno de los componentes mínimos para poder clasificarlo como ser humano, se trata simplemente de una célula viva, al igual que lo es un glóbulo rojo, un leucocito o una plaqueta. Se necesita más tiempo para que las células del cigoto conviertan lo que de momento es un proyecto en un ser humano. Estamos en presencia en estos momentos de células blancas, tabulae rasas que van a ver asignadas sus funciones con el tiempo, pero mucho después de la eficacia de la pastilla.

El problema del debate radica por lo tanto, en una concepción cristiana de la fecundación y del derecho sobre la vida y la muerte. Si defendemos que Dios es el que debe dar o quitar la vida. Y como personalmente nunca he visto a Dios dar su opinión sobre el tema, a parte de haberse mostrado como una entidad bastante azarosa y caótica en sus decisiones, prefiero de momento dejar la última responsabilidad en manos del invidividuo, dueño y señor de su cuerpo.

Un muy fuerte abrazo Marcos, y com siempre, deseando que decidas hacer una visita a España. :D

Marcos dijo...

Cristián. Por un lado, no hay prueba concluyente de que se acabe con vida humana. A mí parecer, un montón de células no se pueden considerar vida humana, pero eso ya es una concepción personal. Ahora, si no es un mero tira y afloja doctrinario, ¿por qué ninguna de las partes ha llevado este "conflicto valórico" a la esfera del mercado? Me parece que hay mucho temor tanto por un bando como por otro de que un tema valórico y potente como la vida humana cuestione las bases del funcionamiento del mercado como mecanismo regulador de relaciones sociales y eje principal a considerar en las decisiones que toma cada individuo en su vida. Ese cuestionamiento sí que tendría consecuencias potentes y revolucionarias que muuuuy pocos desearían. Eso, sumado al poder de la industria farmacéutica hacen que el debate no pase de un limitado campo de discusión que no pasa de ser un gustito de intelectuales y/o moralistas caprichosos, ya que fuera de la esfera del mercado, potente regulador de intercambio y de relaciones sociales. Siguiendo la preocupación que expones nos podemos encontrar en un escenario no menos tétrico: el que el destino de familiares con daños nurológicos o de otra índole que lleven a convertir a un sujeto en una carga familiar se definan según el acceso de los sujetos a las oportunidades que el mercado ofrece. En mí opinión, una discusión como ésta se debe necesariamente llevar a todos los ámbitos y espacios de relaciones sociales (incluido el mercado) para que sea efectiva. ¿habrá voluntad para esto? ni los que se definen "progres" están, en mi opinión, realmente interesados en que algo así ocurra.
Saludos, y gracias por el comentario.

Estimado Alberto. Muchas gracias por el comentario, por el aporte que significa como complemento al post. Para ser honesto, detalles tan precisos desconocía hasta ahora que me los mencionas; la verdad es que siempre estuve a favor de la distribución de la píldora sin preocuparme de lo que pae con las células. Sin duda el debate gira en torno a una concepción cristiana de la vida, y es eso lo que quise recalcar en este post, que el tema es un tira y afloja de concepciones de la vida y valores asociados a la definición que de la misma se hace. Comparto plnamente contigo aquello de que el sujeto decida que hacer con su cuerpo..
Respcto de la visita a España, espero que la vida me lleve para allá, pues ahora no me da el bolsillo para cruzar el Atlántico aunque muchas ganas tengo de conocer por esos lados.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Todo defensor ardiente de la pildora del dia despues, es hijo de una madre que optó por no interferir su embarazo.

Clo dijo...

Defiendo a rabiar el derecho que toda mujer tiene de hacer lo que le venga en gana con su vida. Pero un hijo es otro, aún cuando su cuerpo sea tan insignificante como un puñado de células. ¿Acaso un niño es menor humano que un adulto? ¿Y un embrión lo es menos que un niños? Entonces dime tú si un atado de células que en unos días más serían más que eso, son menos humanos si definitivamente estaban destinadas a serlo.
Por lo demás, la posición religiosa, más allá de normar el comportamiento de sus miembros, muestra su oposición a la píldora por defender la vida humana. Tú dices que no hay prueba concluyente de que se acabe con una vida humana, pero mientras esté la posibilidad de que eso ocurra, no creo ético hacer la vista gorda.
Un beso.
PD: ésta que habla de ética no es la misma interesada de ayer XP!

Marcos dijo...

Anónimo. Si esos defensores han tomado una posición debe ser por algo, sean razones sólidas o no. Un hecho así nada más no es argumento ni respaldo de nada. Todos los que estamos vivos somos hijos de una madre que no impidió (aunque quisiera hacerlo) el embarazo, en eso no hay mayor novedad. Creo que hay preguntarse respecto de la calidad de vida que vaya a tener el/la que nace.

Clo.
Justamente una de las cosas que está en discusión a este respecto es la visión que hay sobre la vida humana, más precisamente aún, la visión de la relación del ser humano con la vida de los demás seres humanos, si se acepta una definición de una comunidad que implique compartir una conciencia o visión de la misma o no.
Respecto a lo que yo pienso - sin pretender posesión de la verdad - es que un grupito de células (sin formación clara) (mira el comentario de Alberto, que en esto es más ilustrativo) no puede ser llamado humano, por eso no me parece que el valor de la vida esté realmente en juego.
Más allá de eso, reitero que en mi opinión, si la píldora no tiene contraindicaciones importantes para la mujer, debiese ser distribuida.
La posición cristiana apuesta por defender la vida, definiendo "vida" de una determinada manera. Se hace necesario para sostener en la práctica dicha posición el ser capaz de imponerla a otros; y eso es parte complicada del asunto.
¿Que hay de quienes no comparten la visión religiosa? ¿tienen el deber de seguirla? La segunda pregunta lleva a un escenario... complejo. Ello porque de acuerdo a la lógica de acción de quienes atacan a la pastilla, la esfera del mercado sería impermeable al valor de la vida; teniendo acceso al mercado farmacéutico no es necesario cuestionarse nada y el valor de la vida quedaría anulado, o la menos bajo el criterio individual no necesariamente orientado por valor alguno sino que muchas veces entregados al interés individual, a hacer lo que más convenga. Y nadie toca ese punto.
Clo, en ningún momento he dudado de tu ética :)
Solo espero que no me termines odiando por mi respuesta (y no lo digo de interesado, jajajaaja).
Un abrazo :)


Y para los que se integran al tema propuesto en el post, insisto con la pregunta ¿Por qué el ámbito del mercado en la práctica aparece como impermeable a la cuestión valórica? ¿Que valor tan importante se protege para que quienes dicen defender la vida no se aventuren a sacar la píldora del mercado farmacéutico? Pareciera que ni siquiera el vaor de la vida puede hacer que el mercado se vea afectado, lugar donde uno puede encontrar la pastilla sin problemas si es que la necesita

Clo dijo...

No podría odiarte por tu respuesta. Que aburrido sería coincidir en todo. Lo complejo es si llegamos a caer en un "conflicto de intereses" jaja
Un beso.

Marcos dijo...

¿Un conflicto de intereses??? NOOOOOOOO!!!!!! Eso sí que sería terrible!!
Haré mis mejores esfuerzos diplomáticos para que eso nunca ocurra :D
Muchas gracias, Clo. Un abrazo.

Cristy dijo...

HOLA
PASE A SALUDAR Y ME ENCUENTRO CON INTERESANTE POST... GRACIAS ALBERTO POR TU COMENTARIO Y APORTACIONES, ME PARECEN MUY PRECISAS Y NECESARIAS ANTE UN DEBATE ASI, AL IGUAL QUE MARCOS TAMNBIEN TENIA ESA POSTURA, SE PORQUE TODOS SABEN CREO QUE LA PILDORA SOLO FUNCIONA ANTES DE QUE LAS CELULAS SE CONVIERTAN EN EMBRION,... QUE PARA MI ES LA FASE DONDE INICIA LA VIDA...

LA MAYORIA QUE DEFIENDE LA NO DISTRIBUCION Y SATANIZACION DE LA PILDORA, SON PERSONAS MUY CERRADAS QUE DE ENTRADA LO TOMAN COMO QUE UNA MUJER ES ASESINA DE SU PROPIO HIJO, CUANDO NI SIQUIERA EXISTE! ME MOLESTAN ESE TIPO DE GENTE... QUE GENERALMENTE CUANDO LES PASA ALGO SIMILAR SON LOS QUE TIRAN LA PIEDRA Y ESCONDEN LA MANO!

SALUDITOS
Y YO ESTOY EN PRO DE LA VIDA! Y DE LA VIDA PLENA!

Aristóteles dijo...

Mi estimado sociologo.

Has realizado un estupendo texto. Y por consiguiente se ha formado una buena polémica aquí en tu blog, un sabroso diálogo.

Es complicado dar una opinión,... El mismo título señala una discusión de nunca acabar. Tu sabrás cual es mi posición, amigo.

Que SIEMPRE estes bien.

Agradecido en demasía por tu amistad.

Un abrazo.

rocío dijo...

Respeto todas las posturas, al igual que me gusta que se respete la mía... Personalmente, estoy a favor de que su distribución sea totalmente libre y de que la persona pueda decidir si la quiere tomar o no, y no solo de que sea libre, si no de que haya mas centros donde pueda ser adquirida en caso de necesitarse...
Un saludo Marcos! :)