Giró la cabeza hacia atrás y miró todas las metas alcanzadas con su esfuerzo. Miró hacia atrás y vio con orgullo el mundo construido con sus pasos y movimientos, realidad iluminada por el sol que ante sí se encontraba. Muchas cosas había realizado, tenía oportunidad de sentirse contento de sí mismo. Y gran esfuerzo le había costado, pues a la luz del sol sudó para la concreción de esos logros, venció obstáculos y enemigos que dificultaban su andar…
Giró la cabeza y el torso, pudo ver como su sombra se proyectaba señalando aquel camino que había osado recorrer, y vio como la sombra de sus alas abrazaba la imagen de la realidad que conseguía momentos antes proyectar, mientras el sol se encontraba frente a sí, en el ocaso de aquel día que se aprontaba a finalizar, adquiriendo un tono rojizo y anaranjado, pintado por la pasión y determinación de aquel que, parado ahí, en actitud de sublime solemnidad, miraba hacia atrás…
Sus alas se encontraban abiertas, así como su mente en actitud de meditación. Aun perplejo, no podía creer aquello que miraba, no podía asimilar que aquello era suyo. Muchos vínculos valiosos le permitían estar ahí, girando la cabeza para ver aquello que dejaba atrás, a la contemplación de la mente que vive el recuerdo de los recientes logros realizados mientras saborea el orgullo de su propia virtud, y siente en el cuerpo el cansancio con tacto de satisfacción que abraza su cuerpo…
Y sus ojos reflejaban la determinación contemplativa con la que miraba, mientras sus puños seguían cerrados en señal de devoción por conseguir las metas limpia y esforzadamente, por lograr aquello que se proponía, mientras que las plumas blancas de sus alas se mecen suavemente frente a la brisa que anuncia el frescor nocturno que acompaña a las estrellas en verano...
Alzó suavemente entonces sus brazos y manos empuñadas hacia el cielo, a media altura, en señal de victoria, para que segundos después las bajase, sin dejar su actitud solemne, recogiendo levemente sus alas que desprendían unas pocas plumas al igual que en todo su camino, dejando recuerdo de su pasar e inmortalizándose en la memoria de quienes convivieron – y viven – un momento o una vida con él…
Dirigió la mirada en frente, hacia el sol enrojecido en el ocaso que en minutos finalizaba. Miró el sol que comenzaba a sumergirse en el mar, y continuó con su camino, pues siempre tuvo presente que aun hay camino por recorrer y que siempre lo habrá, que hay metas por superar, que hay más que ver, más allá, y más acá, más en sí mismo por descubrir y recobrar, para luego desarrollar… Nunca se deja de caminar ni de volar, pues es cuando te detienes en la gloria pasajera que encuentras la ruina eterna de un espíritu que se duerme en la huida de los nuevos desafíos que esperan para enriquecer nuestra existencia.
Miró al frente y continuó, sonriente, cubriendo con la sombra de su caminar hacia sus sueños, aquello que ahora eran metas realizadas, y mirando con más confianza en un autoestima que se elevaba las esperanzas que comenzaban a abrigar las primeras estrellas a la espera de la certeza natural de un nuevo sol en su misma vida.
Giró la cabeza y el torso, pudo ver como su sombra se proyectaba señalando aquel camino que había osado recorrer, y vio como la sombra de sus alas abrazaba la imagen de la realidad que conseguía momentos antes proyectar, mientras el sol se encontraba frente a sí, en el ocaso de aquel día que se aprontaba a finalizar, adquiriendo un tono rojizo y anaranjado, pintado por la pasión y determinación de aquel que, parado ahí, en actitud de sublime solemnidad, miraba hacia atrás…
Sus alas se encontraban abiertas, así como su mente en actitud de meditación. Aun perplejo, no podía creer aquello que miraba, no podía asimilar que aquello era suyo. Muchos vínculos valiosos le permitían estar ahí, girando la cabeza para ver aquello que dejaba atrás, a la contemplación de la mente que vive el recuerdo de los recientes logros realizados mientras saborea el orgullo de su propia virtud, y siente en el cuerpo el cansancio con tacto de satisfacción que abraza su cuerpo…
Y sus ojos reflejaban la determinación contemplativa con la que miraba, mientras sus puños seguían cerrados en señal de devoción por conseguir las metas limpia y esforzadamente, por lograr aquello que se proponía, mientras que las plumas blancas de sus alas se mecen suavemente frente a la brisa que anuncia el frescor nocturno que acompaña a las estrellas en verano...
Alzó suavemente entonces sus brazos y manos empuñadas hacia el cielo, a media altura, en señal de victoria, para que segundos después las bajase, sin dejar su actitud solemne, recogiendo levemente sus alas que desprendían unas pocas plumas al igual que en todo su camino, dejando recuerdo de su pasar e inmortalizándose en la memoria de quienes convivieron – y viven – un momento o una vida con él…
Dirigió la mirada en frente, hacia el sol enrojecido en el ocaso que en minutos finalizaba. Miró el sol que comenzaba a sumergirse en el mar, y continuó con su camino, pues siempre tuvo presente que aun hay camino por recorrer y que siempre lo habrá, que hay metas por superar, que hay más que ver, más allá, y más acá, más en sí mismo por descubrir y recobrar, para luego desarrollar… Nunca se deja de caminar ni de volar, pues es cuando te detienes en la gloria pasajera que encuentras la ruina eterna de un espíritu que se duerme en la huida de los nuevos desafíos que esperan para enriquecer nuestra existencia.
Miró al frente y continuó, sonriente, cubriendo con la sombra de su caminar hacia sus sueños, aquello que ahora eran metas realizadas, y mirando con más confianza en un autoestima que se elevaba las esperanzas que comenzaban a abrigar las primeras estrellas a la espera de la certeza natural de un nuevo sol en su misma vida.
Nota:
La fotografía es mía
La música corresponde a Yoko Kanno - Moon (de Turn a Gundam OST)
11 comentarios:
Estos párrafos han provocado en mí una serie de sentimientos ambivalentes trampósamente estimulados por la música de Yoko Kanno, quien siempre consigue emocionarme sobremanera. Pero, si bien tu relato versa sobre la esperanza y alegre satisfacción en la lucha personal, no he podido evitar que tus palabras me evoquen la sensación de estar perdiendo mi propia lucha. Por primera vez me siento en la mayor de las incertidumbres, sin rumbo y con la sensación de que cada paso que he dado en la vida no ha hecho más que alejarme de mis objetivos. Ni brilla un sol frente a mí, si tengo en qué regocijarme cuando miro hacia atrás.
Sin ánimo de entristecerte, sólo puedo desear que la bella suerte del protagonista de tu relato sea el reflejo de la tuya.
Feliz 2007.
Excelente relato. Y, como dices, no hay que parar.
Un abrazo
Me gusto mucho el relato q va unido a la música , como el personaje va construyendo y logrando sus metas , y su futuro es de una calma esperanzadora. Un abrazo. Gonzalo
¡¡¡Hola Marcos!!!
hace tiempo no podía entrar a mi blog.. pero ahora lo estoy retomando...
y por qué razón.. bueno.. cosas que pasan de repente... :S
Ahora.. desde la última vez que entre a tu blog... creo que hiciste algunos cambios, jajaja... remodelaste la casa parece.... Y que más, te quedo muy linda la página... =)
Me encantó la música… y muy bueno lo que escribiste... en serio...
Saludos...
Carolina.
Hay mucho simbolismo en tu texto. La idea de mirar hacia atrás, hacia lo realizado como un movimiento reflexivo, pero en realidad estar pendiente y dispuesto a caminar hacia el futuro, hacia la vida que queda por recorrer es una contraposición muy definitoria.
Un cordial saludo.
Claudia. Justamente mi intención era que la música genere, tramposamente como dices, sentimientos junto al texto. Al menos lo que me hace sentir esa canción se corresponde con el relato. Respecto a la insertidumbre, yo también he pasado por eso, y puedo decir que en algún momento, mientras uno no se rinda, puede hacer que las cosas cambien o bien encontrar la oportunidad para dar un giro, y al llegar a un final luego podrá mirar satisfecho aquel resultado, claro que siempre que uno esté consciente de que ello no termina pues la vida continúa. Espero que pronto puedas cambiar esa situación. Pero la insertidumbre es parte de la batalla... y si sientes quer has perdido una batalla, también puedo asegurar otra cosa: la frustración d ela derrota termina con el comienzo de la próxima batalla.. el esfuerzo y la lucha siempre llevan inmanente la esperanza de llegar más allá, de establecer nuevos vínculos y ser capaz de sentir satisfacción y sano orgullo por lo realizado, así como el deseo de continuar y sentirse contento - tal vez feliz - de sentir aquel movimiento que recuerda a uno el hecho de estar vivo. Por otra parte, creo que la suerte del protagonista algo me ha reflejado, pero más me interesaba marcar, decir, y recordarme a mí mismo, que uno nunca ha de detenerse, y que el camino continúa, como la vida misma. NO TE RINDAS NUNCA
Hormiguita. No hay duda de que no hay que parar, que adelante está la fuente de neuvas alegrías.
Gonzalo. Amigo. Un gusto tener un comentario tuyo, y me alegra saber que el texto calza con la música. Muy cierto lo de un futuro con calma esperanzadora, pero esa esperanza se basa no en la probabilidad un futuro sin obstáculos ni dificultades, sino en el sentimiento del personaje de ser capaz de enfrentar futuras situaciones, o que al menos estará dispuesto a hacerles frente.
Carolina. Que bueno que volvieras a escribir. Efectivamente he hecho varios cambios. Me alegra que te haya gustado como quedo el blog, y más aun que te haya gustado el texto con su música. :)
Yayo Salva. Definitoria, y pienso que necesaia. Al menos así lo siento yo (y al decir que lo siento implica que no solamente lo he razonado). La reflexión de lo realizado - o dejado de hacer - como fuente de inspiración para los próximo pasos, y como el recuerdo vivo (vivo en el acto de reflexionar) de que los obstáculos se pueden vencer, con o sin ayuda, y que la ayuda generalmente llega cuando se necesita aunque no se pida.
Un gran saludo a todos. me alegra que hayan leído el relato y que les haya gustado. Que estén muy bien
¡Estupendo!
Precisamente ahora, desde mi momento de silencio, en el que miro un poco mi pasado para reorganizar mi vida... Sigo aquí... ¡Presente! Con la mirada hacia lo alto y con los pies en la tierra.
Gracias por el texto y tu bonita foto.
Un abrazo fraternal.
Ten una buena semana.
UN texto muy lindo, espero que estes bien... cuidate mucho y sigue escribiendo!
Dijo el poeta: "...se hace camino al nadar...". Bello escrito.
Un saludo
Wow usted si que sabe, amo a su perro.
QUE PADRE PODER LEER Y SENTIR TALVES LO QUE TU SENTIAS AL ESCRIBIRLO...
SALUDITOS
Publicar un comentario