Chile ayuda a Chile

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sábado, abril 10, 2010

NECESIDAD DE ALIMENTO

Existe una discusión respecto a qué hacer con un alimento llamado Plumpy’nut, alimento terapéutico en base a pasta de maní que ha implicado un avance importantísimo para enfrentar el problema de malnutrición infantil en África. Dicha discusión está en si corresponde que un producto de estas características tenga una patente comercial, o bien, debiese levantarse para que más instituciones y empresas puedan desarrollar versiones del producto.

Por una parte, quienes desarrollaron el alimento y son dueños de la patente del mismo, la empresa francesa Nutriset, argumentan que las patentes sirven para defender la producción de este alimento en países pobres que se benefician de aquél, en los cuales cuentan con socios comerciales y con lo cual potencian dichas economías, etc. Por otro lado, organizaciones sin fines de lucro estadounidenses abogan por el derecho a producir este alimento, liberarlo de patentes, para que las organizaciones humanitarias de todo el mundo puedan acceder al mismo de manera más barata y se combata el hambre en el mundo de manera mucho más eficaz. Desde Nutriset se señala que de extender la producción a empresas estadounidenses (y a todo el mundo) sus socios comerciales en África simplemente no podrían competir y desaparecerían.

De este modo, el problema de las patentes evita que dicho alimento llegue a muchos millones de niños y niñas en el mundo.

De lo anterior se pueden deducir una serie de implicancias, y se puede temer por riesgos derivados del devenir al que una u otra posición en el mercado puede conducir: niños que siguen muriendo, dependencia económica a partir del problema de desnutrición, etc. Sin embargo, la discusión está puesta en el mercado de Plumpy’nut, y no en el hecho de que hay millones de seres humanos muriendo de hambre. En la disputa legal se presta atención exclusiva a las relaciones comerciales, a los diferentes tipos de vínculos en el mercado de los alimentos, a saber: relaciones entre países y entre empresas productoras y comercializadoras al interior de los mismos o de carácter internacional, a la posición de las organizaciones sin fines de lucro en el mercado de la ayuda humanitaria (pues aunque no tengan fin de lucro, deben generar su sustento, postular a proyectos y saber desenvolverse como agentes en un mercado capitalista, siendo así dependientes de las reglas del mismo), etc. discutiéndose cuál es la mejor estrategia de “chorreo” para aquellos ubicados al margen del mercado – los que aparecen sólo como datos anexos en el problema.

Quizás la discusión debiese no ser la posición y naturaleza del alimento en cuestión en el mercado de los alimentos sino la necesidad básica de comer de niños, niñas, jóvenes y adultos que no pueden satisfacerla. Sin embargo, quienes discuten están al interior de las fronteras del mercado y sus relaciones, están comiendo, y ni siquiera necesitan de este alimento terapéutico. El resto, quienes quedan fuera y para el capitalismo de hoy simplemente sobran – los beneficiados potenciales del producto en polémica – quedan invisibles a los ojos de los participantes del debate, pues en una sociedad de mercado ellos no compran, simplemente son receptores de caridad (y ojo, la caridad nunca ha sido integradora, sólo es una acción que mantiene claro el límite entre estar dentro y fuera del mercado).

¿Cómo sacar la discusión de las fronteras del merado, para que el eje de la misma sea el hecho evidente de que hay niños muriendo de hambre? Eso no lo sé. Requiere un examen más minucioso del problema, pues es complicado, por no decir imposible, ignorar los intereses de quienes defienden a diario su posición en los mercados – una necesidad que deben atender constantemente, dado que son conscientes que persiguen sus propios intereses y que otros actúan de igual manera intentando ocupar las mismas posiciones o alcanzar otras de mayor privilegio, bajo ciertas reglas que impiden grados mayores e intolerables de salvajismo – y para quienes, los intereses e inquietudes de quienes están afuera de los mercados simplemente no tienen efectos reales en el sistema (aunque se trate de necesidades tan básicas como comer), siendo imperceptibles.

El desafío parece ser visibilizar a quienes están fuera del mercado haciendo reconocible su condición de humanos y la necesidad de generar instancias independientes de toda relación mercantil para que puedan vivir de manera cada vez más digna. Y en este sentido, del dicho al hecho hay mucho trecho, porque queda mucho trabajo por hacer.

2 comentarios:

superacion personal dijo...

una lastima esa situación, pero no se si se pueda hacer mucho por ello

Teté González dijo...

que mal!!!!!!!!!!!!!!!!