Un hecho innegable es que es más fácil y cómodo tratar con gente con buena voluntad, esa que no manda a la punta del cerro inmediatamente cuando se le pide un favor, o aquella que no se enoja con facilidad, es decir muestra cierta buena voluntad. Para bien o para mal, aunque comienzo a creer que más mal que bien, yo suelo ser de esas personas, y he notado hechos bastantes desagradables. Este texto es un consejo a mí mismo y a aquellos que tiene una experiencia similar a la mía.
Aquellas personas que tienen buena voluntad o conocen sujetos con buena voluntad, seguro habrán logrado constatar los siguientes hechos:
· Los problemas o favores engorrosos y/o pocos atractivos en todo sentido, se los hacen saber o piden a uno. Este es un fenómeno muy frecuente, debido a que uno, por tener buena voluntad es más accesible, por lo que se accede a uno evitando a los demás. Y a la hora de pedir una mano de vuelta, la disposición no es la misma.
· Las caras se repiten con frecuencia. Este es, tal vez, el hecho más desagradable de todos. Siempre los mismos… pidiéndole a uno las cuestiones. Y con el tiempo se constata que uno se convierte en la única fuente de favores. Claro, ¿para qué buscar otro que me haga el favor si sé que el tipo X me lo va a hacer?
· Esperar la iniciativa del sujeto con buena voluntad para que se hagan cuestiones que a nadie le dan ganas. Esto es la otra cara de la petición de favores. Generalmente, explícito o no, el sujeto que pide favor, o la circunstancia que exige que “alguien se mueva” deja la responsabilidad al grupo, y el grupo espera a que la persona con buena voluntad actúe y se haga cargo.
¿Qué tenemos de lo anterior? Generalmente en un grupo de individuos, se tiende con el tiempo a ejercer cierta coerción en quien inicialmente mostró buena voluntad. Los demás operan con un detestable conformismo de mierda, delegando la responsabilidad en el tipo o la tipa con buena voluntad, en quien finalmente recae la presión de actuar. Mecanismo perverso es éste. En pocas palabras: un abuso
Forma parte de esta actitud conformista incluso quienes dicen ser tus amigos y todo, quienes dicen ser buenos y los que “defienden a la humanidad”. Porque claro, el ejercicio del poder que eventualmente uno dispone acomoda la vida, despertando al conchasumadre (1) que llevamos dentro, al menos potencialmente. Con este conformismo lo único que se hace es un mal al mundo, fomentando después la desconfianza y el individualismo, ya que en parte es individualismo lo que lleva al uso de ese poder-presión del grupo sobre el sujeto con buena voluntad para aumentar el bienestar y comodidad individual, sin importar cuan mal la pasa aquel que de buena fe comenzó manifestando su buena disposición hacia los demás.
A fin de cuentas, la virtud se convierte en un defecto, y se destruye.
Un consejo
Para quienes se sientan identificados con esto que describí, sólo me queda dar un consejo, que contribuye no sólo al bien individual sino además al bien colectivo, a mejorar la sociedad entera. Y es sólo una cosa. No manifiesten esa buena voluntad. Manden a los demás a la mierda. Yo he estado haciendo eso últimamente: manifestar mi enojo y mandando a la cresta, y el alivio y placer que se siente es impagable. No deben olvidar que la buena voluntad no es un rol, sino una disposición. Ah, y si por ello te miran con cara fea… ¡¡que se la metan por la raja (2)!! Que no sean cómodos ni conformista y hagan las cosas por si mismos, o busquen otras alternativas. A la larga les harás un bien.
Notas:
(1) en este caso, el aprovechador desgraciado y desconsiderado. Es necesario destruirlo.
(2) raja = culo
Aquellas personas que tienen buena voluntad o conocen sujetos con buena voluntad, seguro habrán logrado constatar los siguientes hechos:
· Los problemas o favores engorrosos y/o pocos atractivos en todo sentido, se los hacen saber o piden a uno. Este es un fenómeno muy frecuente, debido a que uno, por tener buena voluntad es más accesible, por lo que se accede a uno evitando a los demás. Y a la hora de pedir una mano de vuelta, la disposición no es la misma.
· Las caras se repiten con frecuencia. Este es, tal vez, el hecho más desagradable de todos. Siempre los mismos… pidiéndole a uno las cuestiones. Y con el tiempo se constata que uno se convierte en la única fuente de favores. Claro, ¿para qué buscar otro que me haga el favor si sé que el tipo X me lo va a hacer?
· Esperar la iniciativa del sujeto con buena voluntad para que se hagan cuestiones que a nadie le dan ganas. Esto es la otra cara de la petición de favores. Generalmente, explícito o no, el sujeto que pide favor, o la circunstancia que exige que “alguien se mueva” deja la responsabilidad al grupo, y el grupo espera a que la persona con buena voluntad actúe y se haga cargo.
¿Qué tenemos de lo anterior? Generalmente en un grupo de individuos, se tiende con el tiempo a ejercer cierta coerción en quien inicialmente mostró buena voluntad. Los demás operan con un detestable conformismo de mierda, delegando la responsabilidad en el tipo o la tipa con buena voluntad, en quien finalmente recae la presión de actuar. Mecanismo perverso es éste. En pocas palabras: un abuso
Forma parte de esta actitud conformista incluso quienes dicen ser tus amigos y todo, quienes dicen ser buenos y los que “defienden a la humanidad”. Porque claro, el ejercicio del poder que eventualmente uno dispone acomoda la vida, despertando al conchasumadre (1) que llevamos dentro, al menos potencialmente. Con este conformismo lo único que se hace es un mal al mundo, fomentando después la desconfianza y el individualismo, ya que en parte es individualismo lo que lleva al uso de ese poder-presión del grupo sobre el sujeto con buena voluntad para aumentar el bienestar y comodidad individual, sin importar cuan mal la pasa aquel que de buena fe comenzó manifestando su buena disposición hacia los demás.
A fin de cuentas, la virtud se convierte en un defecto, y se destruye.
Un consejo
Para quienes se sientan identificados con esto que describí, sólo me queda dar un consejo, que contribuye no sólo al bien individual sino además al bien colectivo, a mejorar la sociedad entera. Y es sólo una cosa. No manifiesten esa buena voluntad. Manden a los demás a la mierda. Yo he estado haciendo eso últimamente: manifestar mi enojo y mandando a la cresta, y el alivio y placer que se siente es impagable. No deben olvidar que la buena voluntad no es un rol, sino una disposición. Ah, y si por ello te miran con cara fea… ¡¡que se la metan por la raja (2)!! Que no sean cómodos ni conformista y hagan las cosas por si mismos, o busquen otras alternativas. A la larga les harás un bien.
Notas:
(1) en este caso, el aprovechador desgraciado y desconsiderado. Es necesario destruirlo.
(2) raja = culo
8 comentarios:
Está claro y es como lo comentas.
Un gran abrazo
Muy bueno Marcos, es tal cual. No creo estar tan de acuerdo con el concepto de que la virtud se transforma en un defecto: en todo caso el defecto es de los demás al abusar de la virtud del otro, nunca el errado es quien manifiesta su buena voluntad, no importa lo que después se abuse de ella.
Lo que sí es genial es el consejo: no hay otra, si la mano que damos no vuelve, pues entonces habrá que ser más estrictos a la hora de elegir a quienes queremos ayudar o no. Y el que se enoje, que se joda.
Saludos!!
bien me parece muy bien..es verdad la voluntad es una disposición el problema de esta es que al ejercer la voluntad nos olvidamos de nosotros...buen consejo mandar todos a la mierda es encontrarme conmigo...eso si me ha costado aceptarlo..cuidate..la meditacion es un buen ejercicio...abrazos Marcos
Hormiguita. Gracias opor el comentario y el abrazo
Eggy. En realidad es cierto lo que dices, que no es que la virtud se convierta en un defecto. Al menos no en lo esencial de lo que aquel valor implica, pero me parece que sí en cuanto se vuelve en contra del sujeto. La buena voluntad es convertida en una adaptación deficiente o desfavorable al entorno social en el cual vivimos. Y para evitar eso es el consejo que quise dejar. Lo que señalas de elegir a quien ayudar es sumamente importante. Gracias por el comentario y el apoyo
Cesar. Lo que dices es muy cierto, al ejercer voluntad de ayudar hay un olvido de sí mismo. Mandar a todos a la mierda se hace necesario muchas veces para encontrarse a sí mismo. Claro quye si uno se excede corre el riego de olvidarse a sí mismo en su propio interior. Un gran saludo
Gracias a todos por sus comentarios, y que estén muy bien
Chuta, no creo que en temas de esta naturaleza existan recetas, cada uno tiene socialidades y sociabilidades distintas pero en lo personal, jamás he sido en extremo tolerante, pero a pesar de que no tengo reacciones de las más "catolicas", no soy partidario de mandar a la cresta a a gente, prefiero ignorarlos o buscarles por otro lado. Pero muchas veces (y creo que son las que te han estado ocurriendo estimado marcos)uno tiene la impresion de que las personas simplemente no quieren escuchar o escuchan lo que ellas quieren, te recriminan todo, se desentienden como si uno no sufriera, como si siempre deberías estar firme, en pie y a su resguardo y atención.
Saludos, nos vemos el fin de semana en el coloquio
Hay veces que los hechos demuestran lo que comentaba Hobbes: el hombre es malo por naturaleza, es vanidoso, egoísta y ansía poder, pero bueno, el chiste es no dejarse porque nunca falta en la vida la persona a la que le das la mano y te toma el pie. No se trata de que abusen!
Bueno, está claro que tienes razón con lo que dices, pero creo que en el momento que lo has hecho ha sido condicionado por alguna experiencia negativa.
Creo que uno debe ser tal como es, y que por eso uno no es más tonto, ni más listo, pero sí que uno tiene que defender su propia esencia. Si los demás creen que se aprovechan de tu buena voluntad, pues allá ellos. Si decides no tenerla, pues bien decidido, pero no lo hagas nunca por alguien que te haya hecho daño, sólo por ti merece la pena hacerlo.
Un beso
Patricio. Lo que planteas es más sensato y menos precipitado que lo que aconsejo en la reflexión propuesta. Olvidé mencionar que reacciones extremas son un último recurso, para cuando la sensates no tiene efecto, o para cuando se institucionaliza la voluntad como un deber para con el grupo de pertenencia (para esas veces que, como bien dices, la gente no quiere escuchar).
Eterna duda. No sé si el ser humano es bueno o malo. Me inclino a una u otra alternativa según la ocasión, aunque predomina la segunda concepción en mí. Pero pienso, en un intento de comprender, que el ser humano es ignorante y muchas veces débil, y cuando tiene cierta cuota de poder, suele quedarle grande, y actúa estúpidamente.
Libertad. Sin duda que la reacción está dada por una experiencia negativa. Y la ágnitud de lo negativo d ela experiencia condicionará el énfasis de la reacción también. Y estoy completamente d eacuerdo en que uno debe ser tal cual como es. Pero reaccioanr no es dejar de ser como se es sino ser tal cual. Claramente no se trata de declararle la guerra al mundo. Se puede rechazar una cosa de manera diplomática, y si al otro no le gusta, mala suerte. Muchas gracias por el consejo final, lo tengo y lo tendré presente.
Gracias a todos por sus comentarios
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