Chile ayuda a Chile

Chile ayuda a Chile

jueves, marzo 09, 2006

EL CONFLICTO CONTINÚA


Aun no se ha logrado un acuerdo respecto del programa nuclear iraní. Y es que los gobiernos de los países occidentales, en particular EE.UU., desconfían de un gobierno que solidariza con grupos extremistas como Hamas. Por otro lado el discurso anti-occidente del gobierno de Irán se mantiene y muchas veces ha subido de tono. Las amenazas van de unos a otros y el dialogo no parece prosperar en ningún sentido.

La mayor parte del pueblo iraní apoya el programa nuclear de enriquecimiento de uranio básicamente porque sienten que su nación tiene derecho a elaborar nuevas fuentes energéticas. Otro aspecto, a nivel internacional, es el hecho de que EE.UU. ha establecido acuerdos en materia nuclear tanto con India como conversaciones con Pakistán. E Irán considera que si esos países, así como Israel, pueden desarrollar energía nuclear, ellos como nación también tendrían derecho a hacerlo, al punto de llegar a amenazas verbales contra EE.UU. si intentan aplicar algún tipo de sanción. Urge una negociación que satisfaga a las partes en conflicto, antes que quede en manos de la OIEA y no haya posibilidad de acuerdo.

El temor sigue siendo el que domina en este conflicto. El gobierno de EE.UU. ha definido a Irán como la más importante amenaza para ellos. Y ve en ese Estado un enemigo desde hace más tiempo. Teniendo presente que en la Guerra entre Irán de Khomeini e Irak (1980 – 1988), fue EE.UU. quien apoyó a Irak gobernada en ese entonces por Saddam Hussein para debilitar el gobierno teocrático religioso iraní. Luego en el conflicto de la invasión de EE.UU. a Irak, la potencia mundial en cuestión catalogó al Estado Iraní como uno de los que formaban parte del eje del mal y contra los cuales había que oponerse y luchar. Ahora se opone al programa nuclear. Y es que cuando se trata de un enemigo, toda acción será vista con suspicacia.

Pero otras explicaciones pueden haber para que el programa nuclear iraní desagrade, no sólo a EE.UU. sino también a otras potencias, aunque este programa de enriquecimiento de uranio sea con fines pacíficos. Ello porque una nueva fuente de energía puede hacer a Irán menos dependiente de su petróleo, lo cual le permite poner su precio a mayor valor sin afectar la economía interna ni molestar mayormente a su pueblo, siempre y cuando la energía nuclear salga más barata (ignoro si eso es necesariamente así). Si Irán se hace menos dependiente de su propio petróleo y utiliza esta nueva fuente de energía para la producción de energía eléctrica, puede jugar mas con su petróleo en el mercado mundial y ganar influencia en la OPEP, al punto de ser más efectivo como arma tanto a nivel económico (actualmente el petróleo mueve al mundo) como en el ámbito político (lo que mueve al mundo siempre será parte del interés de las naciones). De este modo, el programa nuclear iraní le fortalece tanto en términos económicos como políticos, lo cual puede eventualmente polarizar aun más una región que es históricamente conflictiva. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que a Israel no le conviene que sus vecinos y cercanos se fortalezcan económicamente dado que ello puede disminuir o hacer desaparecer a la larga su superioridad militar en la región; y tampoco le conviene que sus vecinos y cercanos en la región se fortalezcan políticamente ya que con ello disminuye el poder coercitivo de las armas pues se hace más difícil su utilización en contra de países que se tornan importantes a nivel internacional. Junto a esto, el mundo político occidental (clases políticas y/o dominantes de las potencias económico-políticas occidentales) siempre verá con desconfianza absoluta los acercamientos que Irán pueda tener tanto con Rusia, país que a ofrecido a Irán instalaciones en su territorio para enriquecer el uranio y que, además, siempre ha abogado por la alternativa de la negociación, y con China, que también a apoyado la alternativa de la negociación por sobre la sanción.

Elementos como los ya descritos acompañan a otros como la idea de soberanía y percepción que tenga cada gobierno o país del otro con quien se está en conflicto. Hay un tema - como creo he dicho en otra entrada - de identidad y nacionalismo en una región, que como algunas otras, vive un conflicto producto en buena medida de establecer fronteras de modo arbitrario (como es el caso entre Israel y Palestina, donde el pueblo de Israel fue situado en la región) que no respecta las verdaderas fronteras culturales existentes. Dada esta situación, es muy optimista esperar un acuerdo. Finalmente pienso que el caso quedará en manos de la OIEA, salvo que se encuentre una solución que equilibre los intereses de las partes involucradas, lo cual, de lograrse, sería bastante inestable. Y lo que viene después… quien sabe

No hay comentarios.: