Chile ayuda a Chile

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domingo, marzo 26, 2006

BRECHA DEL RIESGO

Como bien uno sabe pero muchas veces olvida, el ser humano no es un ser fragmentado. No lo es en ningún sentido, sino que es una unidad. Y como unidad, cuando una de sus partes se ve afectada por estímulos externos o internos el todo reacciona aunque el estímulo sea perfectamente localizable. Ocurre así al espíritu y a la mente tanto como el cuerpo. El asunto es similar a cuando uno se enferma del estómago. Cuando nos duele el estómago, es el cuerpo entero el que se tiende a resentir, y pese a ser claramente distinguible y específico el lugar de la dolencia; si la intensidad del malestar es suficiente, podemos ver que todo el cuerpo se recoge, las manos se llevan al estómago, la cara asume una expresión de dolor y muchas veces el sujeto siente la necesidad de sentarse, aunque las piernas no tengan nada que ver con el problema. Una unidad. Del mismo modo funciona la mente y el espíritu. Y de esta misma manera se vinculan los tres componentes que conforman al humano.

Es por ello que los aspectos positivos o negativos de un área de la vida repercuten en los demás al punto de determinar la brecha de posibilidades y disposiciones de acción en las mismas para el sujeto. Es eso lo que podemos observar en la disposición al riesgo. Una persona estará dispuesta por cierto asumir más riesgos en situaciones en las cuales pueda responder mejor, en aquellas que se sienta fuerte. Ese es un hecho que no se puede negar. Sin embargo, no hay en ningún sujeto una disposición estándar estática previamente definida de asumir riesgos para cada aspecto de la vida. Es más, la disposición a asumir determinados “peligros” o situaciones de incertidumbre en un área de la vida dependerá de cuan necesario a hacerlo haya estado en otras o cuanto haya asumido en esas otras áreas. Es por eso que cuando un sujeto se ve exigido por las circunstancias a adoptar mayores niveles de riesgos que lo acercan a un nivel cercano al intolerable, ese sujeto se vuelve mucho mas precavido, prudente y cauto en todos los demás aspectos aunque no tengan nada que ver con el problema que en ese momento le aqueja.

Lo anterior ocurre porque el ser humano como individuo funciona de manera tal que se desplaza por una especie de “brecha de riesgo” que correspondería a los límites mínimos y máximos de riesgo que puede tolerar una persona y que debe vivir y tener en su vida cotidiana. Sobre el límite superior le invadirá sensación de ansiedad, de falta de control sobre las cosas, temor, y similares; bajo el límite inferior, lo que sentirá es falta de dinamismo y emoción en la vida, sentirá que la vida es plana, y otras sensaciones similares a las mencionadas. Demás está decir que las brechas de riesgo de los sujetos de cada quien son diferentes de los demás. Lo que tiene en común el exceder el límite superior y no alcanzar el inferior es el desarrollo de un sentimiento de inseguridad y el tambaleo correspondiente de la autoestima.

Mantenerse dentro de la brecha del riesgo propia es uno de los elementos necesarios para que la psiquis esté estable. Sentir el sabor de estar arriesgándose por algo que vale la pena o una pequeña travesura es tan saludable como la planificación que permite que todo esté en orden con aquello que hemos de emprender. Es más, lo ideal es intentar combinar ambos tipos de elementos ya que permiten el dinamismo y la seguridad en uno mismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno... pero, esa idea de la brecha del riesgo ¿es original o hay literatura al respecto? Porque está bastante buena....
Andrea.

Marcos dijo...

Hola Andrea.
Gracias por el comentario. La idea se me ocurrió a mí, pero seguramente debe haber literatura al respecto en algún lugar, claro que no tengo idea donde.
También pienso que la idea se puede aplicar a otras acciones y/o disposiciones que un sujeto pueda tener distintas de la disposición a asumir riesgos. Eso habría que verlo mejor.

Anónimo dijo...

repito el comentario porque no se porqué no salió el que hice antes:

Me gustó tu idea porque en cierto sentido me da una luz acerca del porqué siento a veces que mi vida es plana.

Sin embargo no me gustó mucho lo de "guata" porque las expresiones chilenas no son entendidas por todos. Acuerdate que estamos en internet.

Malú

Marcos dijo...

Malú. Muchas gracias por la correción. no me había dado cuenta de ese detalle. Para todos los lectores "guata" es el estómago. Ahora mísmo haré el cambio.